¿Son las lágrimas de un vino un indicativo fiable para determinar su calidad? El vino se valora con los sentidos, el olfato, la vista y el gusto … y lo que hace que un vino sea bueno es que este nos estimule hacia unas emociones positivas. Las lágrimas también juegan pues su papel, pero ¿cuál exactamente?
Hoy os explicaremos algunas cosas sobre ellas, ya que, en ocasiones, pueden ser unas grandes desconocidas. Cuanta más información tengamos a la hora de catar un vino, mucho mejor. ¡Vamos a descubrir algunos de sus secretos!
¿Qué indican las lágrimas del vino?
Las ‘lágrimas’ no son indicativas de la calidad de un vino en realidad, pero sí son un fenómeno científico. Por lo tanto, lo podemos tener bastante en cuenta ya que nos dará una información valiosa. ¿Sobre qué? … pues sobre el grado alcohólico de un vino.
A tener en cuenta:
- Los vinos con un grado de alcohol más elevado forman gotitas de mayor densidad en las laderas de cristal de nuestra copa que los vinos de baja graduación.
- Los vinos más dulces también suelen ser más viscosos y untuosos. Por lo tanto, las lágrimas fluyen más lentamente por los lados de una copa.
Ya vemos pues que estas «gotitas» pueden indicarnos tanto el contenido de alcohol de un vino, como su dulzor. Las lágrimas del vino son causadas por un curioso fenómeno: la rápida evaporación del alcohol sobre los lados de cristal de la copa. Bastante curioso, ¿verdad?
¿Qué son en realidad las lágrimas del vino y cómo valorarlas?
Aunque el lagrimeo forma un poco parte de la magia del vino, no hay nada de mágico en su formación… Más bien al contrario, las lágrimas del vino se deben totalmente a un fenómeno científico. No son otra cosa que un ejemplo más del efecto Gibbs-Marangoni, un fenómeno que es el resultado de la tensión superficial fluida causada por la evaporación del alcohol. ¡Incluso la NASA ha escrito algunos artículos sobre el efecto Gibbs-Marangoni en ausencia de gravedad!
A la hora de evaluar este aspecto tened muy en cuenta que la temperatura y la humedad de una habitación afectan enormemente la velocidad a la que se forma el lagrimeo.
Observad la densidad de las gotas que forman y cómo se deslizan sobre el lado de la copa. Si veis muchas lágrimas, podéis casi asegurar que os encontráis ante un vino con una graduación bastante alta.
Cuando las lágrimas caen rápidamente por la pared de la copa después de moverlo, significa que este vino tiene poco alcohol.
Por cierto, si tenéis una botella de vino cerrada y la agitáis, notaréis que este fenómeno no se produce.
¿Sabéis por qué?
Volvemos a efectos Gibbs-Marangoni: porque dentro de la botella no hay contacto con la atmósfera y por tanto no existe la evaporación. ¡La evaporación pues es la clave para que aparezcan las lágrimas de vino!
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