La vendimia 2018 ya ha arrancado en prácticamente todas las DO donde Cellers Unió tiene presencia. La más reciente ha sido la DOQ Priorat donde los trabajos se han iniciado recientemente con las variedades de blanco.
Las primeras DO’s de este año en comenzar la vendimia 2018 fueron la DO Tarragona y la DO Catalunya. En cuanto a las bodegas el más «madrugadoras» fue la de Vinebre, el pasado día 31 de agosto.
Podemos decir que este año la vendimia ha normalizado sus fechas de inicio. Hay que tener en cuenta que la cosecha pasada se adelantó muchísimo, alrededor de unos 15 días, aproximadamente dependiendo de la zona.
Excelente calidad y cantidad, el denominador común de la vendimia 2018
La buena noticia es sin duda la gran calidad que presenta la uva de la cosecha de este año: en general está sanísima.
En las zonas del Montsant y del Priorat donde ha llovido menos, las uvas utilizadas para los tintos potenciarán un buen aroma y una buena tonalidad de color.
Viendo otras areas, como la Masllorenç, podemos afirmar que la uva se encuentra también muy sana. Además, en esta zona el fruto también es de un mayor tamaño. Se obtendrá un muy buen rendimiento, ya que el grano contiene más jugo y de paso también nos aportará más gusto.
En las zonas de Vinebre y la Terra Alta la cosecha presenta diferencias en función del regadío. En general, sin embargo, está resultando buena, tanto en calidad como en cantidad.
Resumiendo, podemos afirmar que cada zona contiene sus especificidades. La vendimia es uno de los momentos más esperados… y, como veis, tiene su complejidad ya que es el claro reflejo el trabajo de todo un año y todos los eventos de la climatología.
Los retos de los enólogos durante la vendimia 2018
A pesar de esta normalidad, ya hace unos años que los productores se encuentran con algunas complicaciones añadidas. Se trata sobre todo, de algunas dificultades en cuanto a la maduración de la uva. Por un lado, tenemos la maduración del fruto que se refiere a los azúcares contenidos en el fruto. Por otro, nos encontramos con una menor maduración general. Nos referimos ala maduración global del fruto cuando observamos aspectos como la piel, las semillas, la raspa, etc…
Este menor grado de maduración tiene algunas consecuencias. Principalmente que se tenga que tener muy claro a la elaboración de qué productos irá destinado el fruto. Hay que escoger muy bien pues el momento para recoger la uva en función del vino que se quiere elaborar.
Estos retos se superan con el conocimiento que nos aporta nuestro equipo de enólogos. Este año se esperan de nuevo unos vinos excelentes.
La climatología actual
Estos «handicaps» que se encuentra la uva a la hora de madurar se deben en parte a la climatología.
Si observamos la climatología actual encontramos que cada vez hace más calor. También tenemos menos lluvias o llueve fuera de temporada (que es el momento en que a la planta le puede beneficiar más).
Esto obliga a las cepas, que no dejan de ser plantas salvajes, a modificar su sistema vital y les afecta en su generación de azúcares.
No obstante, esta climatología adversa se combate de forma muy efectiva. ¿Cómo? Principalmente mediante estrictos controles de maduración y teniendo las zonas de cosecha muy bien definidas y seleccionadas.
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