Seguro que alguna vez has leído esto impreso en alguna etiqueta de vino: «Este vino está envejecido en barricas de roble americano» o … «el vino hace una crianza de 12 meses en roble francés.»
Si eres de los que se preguntan qué diferencia hay entre estos dos tipos de roble … Hoy aprenderás cosas interesantes, ¡atento pues!
Diferentes orígenes, diferentes maderas
El roble americano crece en toda la mitad este de Estados Unidos. Mientras el roble francés es originario del centro-norte de Europa, y fundamentalmente de Francia.
El roble francés es una variedad de árbol que crece muy lentamente y esto da pie a un factor básico que diferencia los dos tipos de roble: el tipo de grano. El grano es básicamente la anchura de los poros y la anchura de los anillos de crecimiento del árbol.
El crecimiento lento del roble francés favorece que tenga los poros más pequeños y, por tanto, una micro-oxigenación más lenta y delicada.
Si el crecimiento es más lento (esto principalmente se debe a la climatología y la frondosidad del bosque), el grano de la madera será más fino, y por tanto el poro más pequeño. Cuando el poro es menor la micro-oxigenación del vino del interior de las botas es más lenta. Y, por lo tanto, de mayor calidad.
En líneas generales, gracias a los veranos más frescos, el roble francés es de grano más fino que el americano, pero aún dentro de la especie francesa podemos encontrar variantes de acuerdo con su zona de procedencia. Es por eso que los robles de los bosques centrales de Francia (Allier) son los más cotizados del mundo.
La principal diferencia la sabe … el contable
En el caso del roble americano los listones (o duelas) de las barricas pueden ser obtenidos por el simple aserrado, mientras que en la especie francesa debe utilizarse otro utensilio, el haz o la azada escarpillera, siguiendo los radios medulares, para evitar que los poros queden perpendiculares y así asegurar la hermeticidad del recipiente.
En el caso del roble francés, claro, se desperdicia mucha materia prima. Este es el factor primordial por el que una barrica francesa puede llegar a doblar en valor a una americana.
La gran pregunta: ¿cuál de los dos es mejor?
A pesar de todas estas diferencias no podemos afirmar que un vino sea mejor que otro por haber utilizado un tipo de barrica o el otro.
La diferencia en el tamaño de los poros generalmente se traduce en que la barrica americana transmite sus cualidades al vino en menor tiempo, pero menos sutilmente, mientras que la francesa lo hace con determinada lentitud, pero mayor delicadeza.
A grandes rasgos, el roble americano aporta pocos taninos y notas de coco, cacao, café, vainilla y sabores «dulces». El roble francés cede más taninos y destaca los frutos secos, miel, tabaco, especias y balsámicos.
Además del tipo de madera, cada fabricante puede aplicar tratamientos diferentes tanto para el «curado» de la madera como para su «tostado», y eso también repercutirá en los sabores finales del vino.
La elección del tipo de bota dependerá en gran medida de que quiera conseguir el enólogo. ¡Las posibles combinaciones son casi infinitas!
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